
Miles de empresas españolas en riesgo por los nuevos aranceles de Estados Unidos
Las grandes multinacionales, como los colosos del sector automotriz, suelen ser señaladas con frecuencia como las principales, o incluso las únicas, perjudicadas por la guerra arancelaria que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha desatado a principios de este mes.
No obstante, en un contexto de economía globalizada, los efectos de este enfrentamiento se extienden más allá de estas grandes entidades e impactarán también en las pequeñas y medianas empresas y sus plantillas. En España, las cifras hablan por sí solas, con decenas de miles de compañías de menor tamaño que mantienen una relación exportadora regular y estable con la primera potencia mundial. Según los últimos datos de la Compañía de Gestión Integral de Crédito Comercial (CESCE), en 2024, aproximadamente 26.726 pymes lograron vender cantidades significativas de sus productos en Estados Unidos. Además, no son las únicas potenciales víctimas de este conflicto arancelario. A las anteriores se suman los miles de proveedores que les suministran equipos, componentes y recambios. Aunque resulta imposible cuantificar exactamente cuántos son estos últimos, los expertos sugieren que el total de pymes afectadas, de cualquier forma, por la ofensiva contra el multilateralismo de Trump podría superar las 30.000 compañías solo en territorio español. En este contexto, las Noticias actuales del mundo de la empresa reflejan cómo la competitividad y la adaptabilidad de estas pequeñas firmas se pondrán a prueba.
Impacto de los aranceles y desafíos para las pymes
Los principales objetivos de los aranceles son México, Canadá, China y, en un futuro cercano, la Unión Europea. En particular, Trump declaró en febrero pasado que «la UE fue creada para perjudicar a Estados Unidos», mientras anunciaba aranceles del 25% para toda la Unión Europea sin ninguna distinción. Aunque su administración comunicó esta medida «en términos generales», enfatizó que se centrarían con especial atención en los automóviles, además de los ya anunciados para el acero, el aluminio y la industria farmacéutica. Esta decisión del Gobierno de Trump podría provocar una reestructuración del panorama competitivo y de las industrias nacionales, llevando a una mayor preferencia por los productos «made in USA» para disminuir al máximo los efectos arancelarios.
Frente a esta circunstancia, las pequeñas y medianas empresas deberán adaptarse a una nueva realidad. Raúl Mínguez, director del servicio de Estudios de Cámara de España, indica que, aunque las pymes cuentan con menos margen de maniobra, algunas de las alternativas incluyen la reducción de márgenes, establecerse en el mercado de destino, reexportar desde países que no estén sujetos a la misma política, y negociar con los importadores.
Estrategias para mitigar el impacto
La opción inicial, que consiste en reducir los márgenes de exportación, acarrea costes por asumir una parte del incremento y no traspasarlo al importador. «Sin embargo, las pequeñas empresas enfrentan mayores dificultades, ya que sus márgenes son generalmente más ajustados», sostiene Mínguez. En cuanto a la posibilidad de establecerse en el mercado de destino, las pymes tendrían que realizar una considerable inversión para trasladar su producción a otros países, aunque «esto no está al alcance de la mayoría de las pequeñas compañías. Las grandes empresas, en sectores específicos, sí pueden hacerlo. Un claro ejemplo son las firmas de aluminio y acero, las cuales, tras sufrir gravámenes en el pasado, ahora harían inversiones en Estados Unidos para mitigar ese impacto».
Por otro lado, Mínguez encuentra más factible para estas compañías diversificar los mercados de sus exportaciones. Es decir, si un mercado se torna costoso, deberían buscar otras alternativas en naciones que demanden productos similares, así tratando de compensar o cubrir la caída. Además, hay que centrar la atención en países que no puedan verse afectados por el impuesto, como buscar un país sin aranceles por parte de Estados Unidos y desde allí reexportarlo, buscando socios comerciales.
Otra estrategia viable es negociar con los importadores, haciendo envíos mayores que permitan reducir costos en transporte o logística, intentando compensar parcialmente el incremento del impuesto en las fronteras. Esto implica, por ejemplo, sustituir veinte envíos mensuales por uno de mayor tamaño, lo que podría ayudar a contrarrestar el arancel. Finalmente, otra táctica consiste en comprender en detalle el contenido del impuesto, ya que en el comercio exterior los productos se clasifican en cientos de categorías, con diversas partidas arancelarias y tasas diferentes. En definitiva, las pymes deben tener claro el contenido de ese arancel para poder encontrar vías que mitigen el incremento.
Regiones afectadas por los aranceles
En relación a las regiones afectadas por los aranceles, aunque Cataluña y Madrid destacan como las comunidades más impactadas debido a su gran volumen empresarial, es crucial señalar que otras autonomías menos industriales, como la Comunidad Valenciana, Andalucía y Galicia, también experimentarán una disminución en su producción a causa de los aranceles aplicados en Estados Unidos. En concreto, estas tres regiones son conocidas por su producción de bienes agropecuarios, uno de los sectores más golpeados por el gravamen estadounidense, vigente desde el pasado 2 de abril.
Cabe mencionar que la Comunidad Valenciana será golpeada de forma doble por las tasas del 25% sobre los automóviles, que afectarán tanto a las fábricas como a sus proveedores en la región. Ya en octubre de 2019, durante el primer mandato de Trump, la Administración estadounidense impuso aranceles del 25% a numerosos productos agroalimentarios europeos, incluidos el aceite de oliva, el vino y el queso, esenciales para el sector español. En esa etapa, los aranceles se usaron como una represalia en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), dentro de la disputa acerca de las ayudas públicas europeas a la empresa Airbus. No solo se vio impactado el sector agroalimentario, sino también el aeronáutico, automotriz, de bienes de lujo, y productos tecnológicos, de manera similar a la situación actual. Mínguez confirma que las consecuencias de esta política fueron una reducción en la demanda de productos, «especialmente de los alimentarios». Este contexto llevó a que o bien se restringiera el consumo, o que los productos se adquirieran en mercados más económicos. El aceite de oliva, por ejemplo, perdió alrededor del 60% de su participación en el mercado estadounidense, aunque no todos sus formatos fueron afectados. Este cambio llevó a las empresas a adaptar su envasado para aquellos productos que quedaron excluidos del arancel.
Impacto en el valor de las exportaciones
Inevitablemente, la política adoptada por Trump desde su regreso a la Casa Blanca tendrá efectos directos sobre el valor de las exportaciones. Las últimas estimaciones de la Cámara de Comercio de España indican que el impuesto del 25% sobre las importaciones de acero (incluyendo el hierro) y aluminio (junto con sus manufacturas) podría resultar en una reducción del 10,4% del valor total de las exportaciones españolas de estas categorías hacia Estados Unidos. El presidente estadounidense argumentó que su decisión de imponer aranceles a estos productos se debe a que «los productos estadounidenses son tratados de manera injusta por el exterior». Trump subrayó que la Unión Europea aplica un 10% de arancel a las importaciones de vehículos, mientras que Estados Unidos mantiene una tasa del 2,5% para los automóviles extranjeros. En este sentido, el magnate estadounidense señaló el déficit debido a la escasez de exportaciones, afirmando: «Tenemos un déficit de 350.000 millones de dólares (335.000 millones de euros). No exportamos nuestros coches, nuestros productos agrícolas, llevamos muy poco. Vamos a tener que solucionar eso. Y lo haremos, no tengo duda de ello». Es importante resaltar que España enfrenta un déficit comercial con Estados Unidos de 10.000 millones de euros tras haber duplicado sus adquisiciones en los últimos cinco años con el fin de evitar los aranceles que ahora son una realidad.